domingo, 14 de junio de 2015

I Desafio Ultra El Cainejo

Finalizamos la primera parte de la temporada con un gran reto conseguido, acabar la primera edición del Desafio Ultra El Cainejo, una carrera que se estrenaba este año y que con un recorrido de 52 km y 10200 m de desnivel acumulado por un terreno extremadamente técnico, constituía ante todo lo que el mismo nombre de la prueba indica, un gran desafio. A pesar de todo la sensación es de cierto sabor agridulce, durante todo el año las sensaciones no han sido buenas, las carreras las finalizaba con más sufrimiento del normal para no haberlas disputado a tope y los entrenamientos parecían que no se asimilaban correctamente hasta un par de semanas antes de la carrera, donde si que me pareció notar cierta mejoría. Como es natural tengo un buen puñado de excusas para explicar y argumentar esa baja forma, como los desarreglos intestinales que me han aquejado durante los últimos dos meses, pendientes de unas pruebas médicas que afortunadamente han sido positivas, el miedo a la inestabilidad del hombro y la posibilidad de tener que pasar por el quirofano por problemas visuales, que no se acaban de desarrollar, todo esto también me hace pensar que he conseguido un gran logro superando el temor psicologico de si realmente merecía la pena entrenar y realizar este reto sin saber a ciencia cierta si podía afectarme a la salud, algo que tal como me encontraba fisicamente parecía improbable pero que no se podía descartar del todo.
La verdad es que la prueba me imponía mucho respeto, y aunque conocía casi todo el recorrido, el paso de Cabeza Alta era para mí una incógnita, porque nunca había oído hablar de él a ningún paisano de Cain y os puedo asegurar que he hablado con unos cuantos, aunque creo que la explicación es que se dejó de utilizar hace mucho tiempo por otros pasos más rápidos como La Llambrialina o más seguros como el Camino de las Ovejas. Al final y como entrenamiento conseguimos completar el recorrido pero solo una tercera parte cada jornada, a pesar de que lo deseable hubiera sido hacer dos tercios de una tirada por diversos motivos no lo pudimos conseguir y además los tiempos de paso, eso si todavía con abundante nieve, me indicaban que lo iba a pasar muy mal para acabar en el tiempo limite dado por la organización. El paso de Cabeza Alta nos sobrecogió por su verticalidad y el esfuerzo que supondría llegar a el después de tantos km. pero para corredores de montaña con experiencia y con mucho cuidado, era algo factible y también las dos veces que lo pasamos la nieve ayudó bastante.
Una vez reconocido todo el recorrido, no las tenía todas conmigo y veía que la organización iba a tener que bregar mucho para sacar esta carrera adelante y el primer acierto que tuvo fue el ampliar el horario limite de 13 a 16 horas, con lo que la seguridad de los corredores aumentaba mucho al no tener que forzar tanto para llegar al corte, que al final solo se establecía uno a las diez horas de carrera, algo también muy positivo para los participantes porque les aseguraba disputar y disfrutar de dos tercios del recorrido. Otro gran logro fue que consiguieron limpiar todo el recorrido donde los aludes y caída de arboles lo habían hecho casi impracticable. El marcaje fue excepcional en todo el trayecto, se abrió huella en las partes cubiertas de nieve, los avituallamientos muy correctos y en puntos estratégicos y solo la niebla en la bajada a Dobresengos pudo facilitar algún despiste, pero la ayuda e información de los voluntarios creo que fue crucial para que nadie se perdiera. Sumado a todo esto los premios, algo que personalmente considero prescindible por lo menos en tanta cuantía, y la cena y fiesta final hacen que la organización merezca una matricula de honor, ratificada sobre todo por la ausencia de accidentes e incidentes dignos de mención, algo que en una prueba de estas características es algo muy difícil de conseguir.

  
La salida a la 6 de la mañana, todavía de noche y con los frontales a tope

Y por fin llegó el día de la carrera, con muchas dudas sobre la posibilidad de terminarla en el tiempo dado por la organización, ya que la idea era no forzar hasta la tercera parte de la prueba, pero eso sí siempre con el objetivo de entrar en el corte para conseguir llegar a meta. El viernes me desplazo con Isabel y Moja a Caín al mediodía para comer allí y descansar durante la tarde ya que por la noche poco podremos dormir, y cono no la primera tontería de la jornada, pido unos pimientos rellenos pensando que eran de marisco pero me los atizan de morcilla y claro tuve una tarde para olvidar, a base de agua conseguí calmar al estomago, mientras tanto van llegando otros miembros del equipo del Cumbres, Anabel que viene con Balbino de León Corre y un poco más tarde llegan Juanjo y Angel con los que nos vamos a cenar después de escuchar la charla técnica y para la cama que a las cinco había que estar en pie. El bullicio de la gente me despierta un poco antes, desayuno suave y para la salida, donde paso el control de mochilas que apenas miran y me situo en la zona trasera para salir con calma que a los doscientos metros hay una pared que va ha hacer mucho daño para empezar. En un plis plas dan la salida y con los frontales encendidos comenzamos la marcha, atravesamos el pueblo para entrar por el camino de Cain de Arriba, uno metros por delante vislumbro a Juanjo y Angel, mientras Anabel se encuentra a mi lado  y justo antes de llegar al pueblo de Cain de Arriba, giramos a la derecha dejando a nuestra izquierda la entrada a la canal de La Jerrera, hacemos una traviesa horizontal que nos pone en fila de a uno y que nos lleva a una ascensión vertiginosa hasta el Jorcain del Picachel, siguiendo el curso ascendente de la riega de Hojas,  mientras la claridad del amanecer va haciendo su presencia poco a poco. Otro brusco giro a la derecha nos lleva a la zona de Hierbas Altas, me lanzo un poco en la bajada, donde la gente empieza a dudar y eso hace que tenga la primera caída de la jornada, sin consecuencias afortunadamente. Atravesamos La Bersolina por senderos colgados en la pared y pavorosas canales que descienden hacia el Cares y que he recorrido en gran parte hace ya años en mis tiempos de senderismo de investigación de antigüas rutas de los pastores cainejos, viejos recuerdos se agolpan en mi cabeza, pero tengo que estar atento ya que el paso es rápido y la zona peligrosa, hasta que nos adentramos en un espectacular corte en la pared, El Torno que completamente vertical nos conduce al bosque de Plagamones, el cual atravesamos en suave descenso para desembocar en la mítica canal de Trea, donde se comienza una implacable e interminable ascensión, me concentro en llevar un ritmo sostenido, roto por los cánticos de Moja que debe andar algo más arriba,  sin embargo con menos esfuerzo del esperado, me encuentro en el Huerto del Rey, antesala del collado de Las Cruces desde el que tras unos suaves subes y bajas, llegamos al refugio de Vega de Ario donde tenemos el primer avituallamiento y donde me encuentro con Angel, que me dice que Juanjo ya salió hace un rato y que iba como una moto, de Moja no sabe nada y le comento que Anabel debe venir un poco por detrás y es que no la veo desde que entramos en Hojas. Como y bebo algo y salgo para hacer el repecho que nos lleva a Cabeza Julagua, Angel prefiere quedarse descansando un poco más. Descendemos por terreno complicado donde es difícil conseguir ritmo, en dirección a la majada de Ostón y desde donde enlazaremos por sendas que se desploman al vacío con la canal de Culiembro, donde podemos soltar algo las piernas en un sendero con numerosas zetas, que finaliza en la garganta del Cares. Llego en poco más de tres horas y me quedan seis km. hasta Caín donde está el siguiente avituallamiento, me relajo un poco y aunque es una zona muy corrible, hago cacos para no derrochar ni un gramo de energía, que todavía queda mucho por delante. Entrando en Caín me coge Angel, que me comenta que va muy bien sin forzar apenas y en cuatro horas estamos delante de las mesas con liquidos y solidos y donde me esta esperando Isabel para cambiarme de ropa y zapatillas, las que llevo están llenas de barro y les falta un taco, que se habrá quedado por el camino, como el calor empieza a apretar me pongo camiseta de manga corta, pero me quedo con las mallas piratas por miedo a las garrapatas. Angel me esta esperando pero le digo que salga que todavía voy a comer algo y que si puedo ya le pillaré.


Lorena, Teresa e Isabel, animando a Anabel a su llegada al avituallamiento de Cain
  
Un cuarto de hora después inicio la subida por el camino de la cueva de Santivañas, donde el sol comienza a pegar fuerte y empiezo a no encontrarme cómodo, me cuesta coger ritmo y noto como corredores que vienen por detrás se van acercando poco a poco, al llegar al cruce de la cueva, donde esta marcado el suave descenso hacia el pueblo de Cain de Arriba por la canal de Mesones me suelto un poco, aprovechando la sombra del bosque, hasta llegar al argayo de nieve que bloquea la entrada a la canal y que ha sido abierto con un marcado sendero por la organización. Desde allí veo como el sol se estrella con todo su poderío sobre la inmensa pared que tengo enfrente, comienzo una agónica ascensión mientras me van sobrepasando distintos corredores y corredoras sin que pueda seguir su ritmo en ningún momento, me detengo en las fuentes a mojarme la cabeza y beber algo de agua para mantener la que llevo en la mochila de repuesto porque preveo que va a ser un día muy duro, miro para atrás y veo a otro corredor que lleva el mismo ritmo que yo, e incluso a veces hasta le distancio un poco más, algo que me consuela psicologicamente para llegar a la majada de Mesones y comer todo lo que puedo, que no es mucho, lo intento con un sandwich pero casi no me entra. Algunos corredores están sentados y no tienen muy buena pinta, yo tampoco me veo como estoy, pero debo estar perecido a ellos, lleno los botes de agua y añado isotonico para seguir camino hacia la Cerra del Carbanal, detrás de mí salen los que estaban sentados y me adelantan rapidamente, pero les cuesta mantener un ritmo y al llegar a los neveros les alcanzo mientras se paran, les pregunto si tienen algún problema, pero solamente es que tienen los calcetines mojados y van a cambiarlos, les comento que todavía queda bastante nieve y continuo hacia la cresta que se divisa al fondo, atravesando los neveros con buena huella, hasta que afronto la pared final que nos lleva a la arista divisoria y desde donde nos dirigimos a la Pedriza del Carbanal, que como su nombre indica no es más que un sendero pedregoso que desciende hacia la canal de Capozo, pero cuando estoy a punto de entrar en ella y más pindia es la senda, un exceso de entusiasmo en la bajada, hace que la musculatura de los abductores salte y me tenga que detener a estirar. Mientras lo hago, comienzo a evaluar la situación, voy bien de tiempo pero si los músculos no se relajan me va a ser muy difícil llegar antes del corte, mientras tanto me alcanza el grupo de Mesones y con tranquilidad me pongo detrás de ellos, no van muy rápido y puedo seguir el ritmo sin demasiados problemas, poco a poco parece que los abductores se van calentando y puedo acelerar, les pido paso y me pongo en cabeza, en los tramos más técnicos voy cogiendo distancia y solo viene conmigo un chico joven que me comenta que se ha retirado en la majada de Mesones y que le han dicho que para volver a Cain podía continuar o darse la vuelta que el trayecto era parecido. Yo flipo y le digo, chaval te la han metido hasta el fondo, por aquí vas a hacer tres veces el recorrido de darte la vuelta y solo hasta llegar al Mirador del Tombo donde te quedaran otros seis km de carretera para llegar a Cain. Yo creo que se desmoralizó por completo y al poco rato ya se había quedado atrás, mientras a mi ritmo voy cogiendo a corredores que me habían pasado en la canal de Mesones, entre ellos una pareja de vascos, en la que el chico marcaba el ritmo y a los que también dejo rezagados, el calor cada vez aprieta más y enlazo con otro grupo que me preguntan donde puede haber agua, les digo que en un momento llegaremos a un puente que atraviesa la riega de La Farfada y allí pueden beber, les advierto que queda poco para el avituallamiento, pero deben ir muy justos porque se detienen, mientras yo continuo con un trote regular para guardar fuerzas y camino nada más que llega una cuesta por suave que sea, voy a llegar con una hora de antelación al corte y cada vez veo más cerca el finalizar la carrera. A las tres en punto entro en el avituallamiento del Tombo, estiro un poco, como, bebo y relleno los botes con el último Flectomin que me queda y Aquarius de la mesa, salgo ya relajado y a unos metros me encuentro con Angel que esta haciendo sus necesidades, le voy esperando y nos encaminamos hacia la última subida de la jornada, pero en vez de ir por el camino que sale a la carretera, las marcas nos llevan en dirección contraria, atravesando el Cares para afrontar una cuesta donde sin querer me descuelgo de mi compañero, en la bajada le vuelvo a coger pero empiezo a notar que las fuerzas me abandonan, al llegar a una riega le digo a Angel que tire, que me voy a refrescar y quitarme las mallas que me están asfixiando, aprovecho para meter los pies y la cabeza en el agua y tomar unas sales, en ese momento aparece uno de los chicos del grupo de Mesones y continuamos juntos hasta salir a la carretera, aquí él impone un ritmo que no puedo seguir y continuo andando para guardar fuerzas, al poco rato ya estoy en la entrada de Moeño y sigo bastante jodido, yo creo que me he deshidratado y lo que bebo ya no lo asimilo, de repente aparece Anabel que se pone muy contenta al verme y tiramos juntos pero no acabo de encontrar el ritmo y al llegar a un pilón me detengo para volver a meter la cabeza y refrescarme, le digo que no me espere que si puedo ya la alcanzaré, ella me contesta que sino la alcanzo en la subida la cogeré en la bajada, para mis adentros espero que así sea porque tengo que bajar mucho el ritmo y no recupero a pesar de tomar un gel, mientras veo como Anabel se me va alejando poco a poco, el resto del grupo de Mesones me adelanto y al poco rato llegan la pareja de vascos y tampoco les puedo seguir el paso, por mi cabeza pasa la idea de darme la vuelta porque el tio del mazo me esta dando brutalmente, pero todavía son las cuatro y media y comienza lo más duro de la canal donde a pesar del bajón, la diferencia de velocidad no es muy acusada, todavía tengo delante de mi vista a los vascos y sigo.
Voy al ralenti, bebiendo cada poco pequeños sorbos y mirando para el suelo mientras pongo un pie detrás de otro, cuando de repente casi me doy de bruces con la pareja de euskadi, que se han detenido, paso como un zombi por su lado y ni les pregunto si les pasa algo, al poco rato me giro y veo al chico sentado y con pinta de haberse fundido, la chica parece que le esta dando animos y al cabo de unos minutos veo que continuan pero con una marcha mucho más ralentizada, ya no me recortan, más bien cada vez les veo más lejos. Sigo ensimismado con mis pensamientos cuando me encuentro con Cavero y unos amigos, este es un veterano referente del Yordas y del que aprendí muchas cosas cuando empezaba en la montaña, sobre todo a bajar ligero y sin esfuerzo, me debe ver mala cara, porque lo primero que me dice es que si me doy la vuelta y bajo con ellos, le respondo que no me lo diga otra vez porque seguro que lo hago y ya que estoy aquí habrá que acabarla. No insiste porque sabe que soy un sufridor en la montaña, que nos hemos vistos en peores situaciones y cada uno continua por su camino. Mantengo el ritmo cansino pero sin malgastar energía, mientras a lo lejos todavía veo a Anabel a la que se le ha unido al resto del grupo de Mesones y alguno más que han ido recogiendo en la subida, ya esta a la vista la majada de Moeño con su avituallamiento y eso me reconforta, aunque por delante queda lo más duro y técnico de toda la carrera. Hecho una mirada para atrás a ver si vienen los vascos, pero no les veo y hay mucho espacio a la vista, por lo que me temo que se han dado la vuelta con Cavero y compañía. Por fin llego al avituallamiento y todavía está Anabel con todo el grupo que han formado, unos seis o siete corredores, que emprenden la marcha mientras yo me recupero, intento comer algo pero tengo que hacer un gran esfuerzo para tragarlo, vuelvo a rellenar los botes y charlo un poco con los voluntarios, me comentan que sigue subiendo gente con el escoba, yo les digo que deben venir muy atrás porque no he visto a nadie a excepción de la pareja vasca, y les insisto un poco para que comprueben si se han retirado definitivamente. Salgo pronto porque no quiero perder de vista al grupo que me precede, tengo una zona llana y aprieto todo lo que puedo, para no despegarme demasiado ya que puede ser de gran ayuda tener una referencia visual. En un momento llego a la collada de Armellan, donde el terreno se vuelve a poner muy duro y sin apenas rastro de senda, este es el momento más complicado de la carrera y debo tener cuidado en mantener la musculatura sin sobresaltos, por lo que vuelvo a ralentizar la marcha. Afortunadamente todavía tengo al grupo de Anabel a la vista, pero ahora no son los abductores los que protestan, sino la zona de la tibia, que parece que me quema de lo cargada que va, lo que hace que pise con mucho cuidado. Sigo mirando para arriba para controlar el grupo que me precede y en un momento veo unas siluetas que se van acercando entre gritos, protestas y risas, son Chuso, Jairo e Ivan del Cumbres y de León Corre, que están haciendo un entrenamiento y saludando a los amigos, aprovecho para descansar un rato y charlar un poco, un alivio que hace que me relaje después de tanta tensión. Me dicen que Anabel esta a tiro, pero yo no lo tengo tan claro y continuamos, yo parriba y ellos pabajo, que no quiero perder la estela de los que me preceden. Sigo controlando todo lo que me queda y lo que hace unos minutos eran unos hilos de nubes, según voy subiendo se va convirtiendo en una espesa niebla, lo que me faltaba en la peor zona de la prueba y con niebla, tengo que extremar las precauciones, porque si pasa algo es fácil que no pueda venir el helicóptero, que sería la única forma de salir de allí, mientras estos pensamientos se agolpan en mi cabeza, observo una silueta que parece que cada vez esta más cerca de mí, se para cada poco, algo que también hago yo, porque han empezado los amagos de calambres y tengo que estirar, más que nada por precaución, porque la cosa se esta poniendo fea y no quiero que me pueda dar un tirón que empeore las cosas. En un momento dado, se detiene y me deja llegar a su altura, es un gallego, que también se tiene que parar cada poco por los calambres, me viene muy bien su compañía porque ya tenía problemas para ver las banderas en la niebla y el tiene muy buena vista, no he encendido el track para ahorrar batería y me estaba planteando hacerlo, pero parece que no va ha hacer falta. Llegamos a la arista y mi compañero cree que hemos finalizado la ascensión pero cuando le digo que todavía nos faltan doscientos metros de desnivel, se caga en todo lo que se menea. A pesar de todo el estar juntos hace mucho más amena la subida y casi sin darnos cuenta, oimos la voz del voluntario que nos avisa que llegamos al final de la ascensión. Casi no me lo puedo creer, aunque todavía no se como me van a responder los músculos bajando, parece que me he quitado un gran peso de encima, guardo los bastones y comienzo a bajar detrás del gallego, al principio sin problemas siguiendo la cinta de seguridad, que la organización ha montado, pero cuando se acaba no vemos ninguna señal, seguimos descendiendo con tendencia a la izquierda tal como nos ha indicado el voluntario, pero de repente veo una bandera amarilla por nuestra derecha y hacia allí nos dirigimos, cruzamos un nevero con huella y nos metemos en una trocha por la que podemos hasta trotar, pero al cabo de unos cuantos metros me detengo y le digo a mi acompañante que me extraña no ver ninguna bandera y además vamos hacia la derecha, aunque sé que llegariamos igual, tendríamos que dar un gran rodeo y le digo que nos tiremos hacia la izquierda, él duda un poco, pero yo me lanzo por un pedrero por el que voy cogiendo velocidad, con alguna caída que otra, sin más incidencia que algún rasguño, pero los abductores resisten y al momento empiezo a ver las marcas de las carreras, le pego un grito para avisarle y me contesta que viene detrás, continuo bajando ligero y empiezo a alcanzar a corredores del grupo que venía delante, hasta que llego a la altura de Anabel.  Esta descendiendo tranquilamente, son las siete y media y sabe que va a llegar dentro del horario limite, le comento que voy a aprovechar el ritmo que llevo y que sino me puede seguir la esperaré en el último repecho para entrar juntos, todavía tengo miedo de que ve vuelvan los calambres y quiero aprovechar el momento. Desciendo con un trote suave y relajado, pero aun así Anabel no consigue seguirme, con lo que al poco tiempo entro en el bosque de Los Quemaos, antesala del Canalón y donde me alcanza el gallego. Descendemos por el sedo y al volver a entrar en el Canalon, nos avisan desde arriba que cae una piedra, como una ballesta pego un salto para salir de la zona de caída donde me encuentro y como no, me salta el abductor, le digo a mi acompañante que continue, que voy a estirar y de paso espero a mi compañera de club. Como tarda en llegar retomo la marcha con mucho cuidado, vuelvo a sacar los bastones para forzar lo mínimo posible y aun así en una zona de piedras un ligero resbalón me hace saltar de nuevo toda la musculatura del abductor, otra parada para seguir estirando y a volver a empezar, vuelvo a ver a Anabel que se acerca, mientras sigo descendiendo con la garganta del Cares a la vista y casi sin darme cuenta entro en el desvio hacia El Canto, un antiguo paso que usaban los cainejos, ante de construirse la senda del Cares, y que es el último repecho de la jornada, pero presiento que se va ha hacer muy largo, ralentizo todo lo que puedo la marcha y cuando estoy a punto de coronar la subida ya tengo a mi lado a Anabel con otros dos corredores, ya lo tenemos hecho, giramos la esquina de El Canto y comenzamos el descenso dando vista a la meta, mientras el espeaker jalea nuestra llegada, comenzamos un trote suave y hacemos la entrada triunfal agarrados de la mano, me fundo en un abrazo y un beso con Isabel, y a continuación recibimos las felicitaciones de todos los amigos y conocidos que nos estaban esperando, Gracias a todos!!!!! Reto conseguido!!!!!!.


Recogiendo el trofeo al más veterano

Por último comentar que esta carrera puede convertirse en leyenda, si se hacen las cosas bien y la organización consigue mantener o incluso mejorar este listón tan alto que ha puesto este año. Mi opinión personal es que en estos dos o tres años hay que intentar consolidar la prueba y no intentar hacerla demasiado grande a toda costa, sino que el éxito venga dado por la calidad que le imprima la organización en la atención y cuidado a los corredores, a todos no solamente a la élite, ya que estos solamente acudirán para conseguir un reto individual, como ocurre con La Travesera, no porque pueda aportarles dinero o status a nivel deportivo, que para eso ya están otras muchas competiciones, no me parece a mí que pueda ni deba compararse o intentar llegar al nivel mediático de carreras como Zegama, Transvulcania o Ultrapirineu. 
He tardado en escribir esta crónica, ya que estaba pendiente de esas pruebas médicas que me han quitado un peso de encima a nivel de salud, pero que por otra parte me han dejado como vacio y sin saber que determinación tomar a nivel de competición. Esta carrera me ha exigido un gran sufrimiento de tipo muscular y ademas cuando te empiezan a dar el premio al más veterano de la misma, eso te hace reflexionar sobre si estaré preparado para afrontar otra ultra este año, o por el contrario dedicarme a carreras mas cortas que no me exijan tanto. Llevo quince días de descanso y todavía lo estoy sopesando, tampoco tengo mucha prisa para decidirme. 
Para finalizar y como siempre os dejo un video de un grupo mítico, en un festival mítico, como espero que llegue a ser este Desafio Cainejo, ellos son Jethro Tull en el Festival de la Isla de White, y el tema intrepretado es My Sunday Feeling   

Jethro Tull - Isle of White festival '70 por newcanadian

martes, 12 de mayo de 2015

IV Alto Aller

Aprovechando el puente de primeros de mayo me fui a Felechosa para participar en una carrera desconocida para mí, pero de la que había oído hablar mucho, sobre todo en lo referente a su dureza, se trata del IV Trail Alto Aller perteneciente a la Copa de Montaña de Asturias, y eso ya me indicaba que el nivel y la motivación de los corredores asturianos iba a poner el listón muy alto y yo no estoy para muchos trotes, con lo que la intención era tomarmelo como un entrenamiento de calidad con la mirada puesta en el Cainejo y comprobar si el ritmo que me imponía sin exigencias, me permitiría entrar dentro del limite horario que exigía dicha prueba, algo sobre lo que tenía mis dudas pero que al parecer se ha ampliado en dos horas más, con lo que en principio no debería tener demasiados dificultades para finalizarla, salvo problemas de salud o lesión.
En cuanto a la carrera todo lo que se dice o se oye, se queda corto ante la tremenda realidad, esos 6600 metros de desnivel acumulado en 33 km, parecen dificiles de creer si no estas en un entorno como Picos o Ubiña, pero vaya que si salen, a mí incluso me salió alguno más en el gps y desde luego que se hacen duros, más bien durisimos porque para el que no la conoce, no sabe lo que se le viene encima, hasta que no está allí. Como dificultad añadida tuvimos frio, nieve, viento con rachas superiores a los 80 km en las cumbres y para finalizar lo único que me faltaba el clásico barro asturiano, que tanto odio y que me deja la musculatura para el arrastre.
Enorme esfuerzo de la organización para marcar correctamente la carrera y muchos voluntarios durante el recorrido que echaban una mano avisando de los pasos peligrosos o donde podías ir al suelo con mucha facilidad, no obstante creo que se pueden mejorar algunos detalles y aunque se trata de una carrera en semi-autosuficiencia no creo que estuviese de más un avituallamiento a mayores en Vegarada, donde creo que se podría llegar facilmente con vehiculos y vendría muy bien a los corredores para reponer fuerzas ante lo que se les avecina, sobre todo con las condiciones meteorologicas que tuvimos que soportar. El otro detalle se trata de la comida poscarrera y que aunque es voluntaria y se paga a parte, bajo mi punto de vista particular no estaría mal intentar poner unas mesas y sillas para poder comer y descansar tranquilamente después del esfuerzo, ya que lo de estar sentado en el suelo con el plato en la mano no le viene nada bien a mi espalda.


En la salida cruzando el puente antes del tapón

El viernes llego por la tarde a Felechosa, me instalo en el apartamento y me voy a coger el dorsal y a continuación a la charla técnica, donde ya me dejan claro que la cosa va a ser muy dura y que vamos a dar con los huesos en la hierba varias veces, si o si, con lo que me ratifico en mi idea de no forzar más de la cuenta e intentar llegar sano y salvo a meta. Todavía me da tiempo a tomar una cerveza antes de cenar y a descansar porque dormir la verdad es que poco, pero ya estoy acostumbrado. Me levanto pronto, desayuno tranquilamente y salgo con mucha calma hacia el globo de comienzo de carrera que me queda a diez minutos andando, me encuentro con Fernando, Estelita y Manu Caballero que acaban de llegar y se están cambiando, charlo un rato con ellos sobre la carrera, si es mejor ir con chubasquero o con manga larga y cosas de esas, también aparece Alejandro Santos y en un momento nos encontramos a falta de diez minutos para el comienzo, me despido y salgo trotando ligeramente hasta el arco de meta y después de calentar otros cinco minutos entro en el cajón de salida, donde nos inspeccionan la mochila para ver si llevamos el material obligatorio, con lo que al final vamos a salir con algo de retraso sobre el horario previsto. Me situo atrás del todo, aun sabiendo que a los pocos metros se va a formar un tapón de ordago, al pasar de la carretera a una senda en la que solo se puede ir de uno en uno, nos comenzamos a mover tranquilamente y vamos cogiendo ritmo que se ve frenado rapidamente por lo dicho anteriormente, la senda te va dejando correr poco a poco hasta que enlazamos con una pista que empieza a picar para arriba hasta entrar en las Foces del Rio Pino, entorno natural privilegiado, de los muchos que tienen en Asturias, comenzamos a subir por verdes y pindios prados hacia Peña Redonda, no tengo claro si subimos este pico o nos quedamos cerca del mismo, pero iniciamos un rápido descenso y casi antes de darnos cuenta ya estabamos otra vez subiendo en dirección a los Altos de Riopinos, y cuanto más subiamos más fea se ponía la cosa, comenzado con la niebla y el pertinente frio que la misma traía con ella, poca visibilidad, pero la ascensión continuaba con ritmo tranquilo pero persistente para no dañar la musculatura dadas las condiciones ambientales. Las rachas de viento se suceden llegando a La Cabritera, pero el descenso hacia Vegarada, mejora un poco las cosas y vuelvo a entrar en calor, parada para coger agua y para arriba otra vez en dirección al cordal donde vamos a atravesar el Jeje, Nogales y el Pico del Oso, donde las condiciones del tiempo se vuelven infernales, el viento casi se convierte en huracan y levanta granos de nieve que me golpean violentamente en el rostro, avanzo entre la niebla y apenas veo a los corredores más allá de cinco metros, cubierto con el buff y el gorro y con los ojos semicerrados para protegerlos de la ventisca, pues no llevo gafas voy lidiando la parte más técnica, donde vienen muy bien las indicaciones de los voluntarios para no salirte del trazado, en algún momento el vendaval para o nos protege alguna roca, lo que es un alivio, hasta que comenzamos la bajada por neveros completamente pisados y endurecidos donde es difícil mantener el equilibrio y doy varias veces con las posaderas en el suelo, resbalando y levantandome como un automata, hasta llegar a unas verdes praderas completamente encharcadas y donde como no, vuelvo a resbalar para mojarme completamente, me desespero, no se si entre el frio y la humedad conseguiré mantener la musculatura a salvo de calambres y desciendo dejandome ir, sin apenas forzar, afortunadamente cuanto más bajo, más aumenta la temperatura y entramos en un bosque que se muestra completamente acogedor y que también me deja correr sin esfuerzo, hasta que topamos con una senda en zig-zag algo más técnica y con barro que te lleva hasta Cuevas, donde esta situado el avituallamiento y que aprovecho para recuperar fuerzas, reponer bebida y comer un poco.


Después de la mojadura, más relajado corriendo por el bosque

Salgo tranquilamente por el valle de Melera y troto un poco y camino otro poco, para soltar la musculatura hasta que me encuentro con la última y temida ascensión, por los comentarios de la charla técnica del día anterior. Realmente se pone pindia al poco de comenzar y cada vez aumenta más su dureza, a la vez que empieza a aparecer el temido barro, que poco a poco se va convirtiendo en un espeso barrizal, el ritmo de subida se va haciendo cada vez más cansino, mientras vislumbro entre la espesura del bosque lo que parece el final del suplicio, la collada Pandos, donde resuena el estridente sonido de la gaita asturiana, esto parece que me da fuerzas y cuando consigo coronar el sendero gira hacia la izquierda llaneando, me pongo a trotar para ver la bajada cuanto antes, pero ante mi sorpresa la trocha sigue girando hasta encarar una montruosa subida, reflejada por una larga cresta al final de un largo camino que pica suavemente hacia arriba y que me deja con la moral por los suelos. 


En la collada Pandos antes de ver lo que me queda todavía de subida

Espectacular imagen del gaitero y del corredor

Me armo de valor y continuo hacia el Pico del Pando, mientras sigue resonando la gaita sin parar y parece que te de hasta fuerzas para conseguir llegar a su cima y comenzar el descenso por el famoso Tobogan, pandas verticales de hierba y barro, donde es imposible mantenerse en pie y entre resbaletes y vuelta a la verticalidad consigo llegar la senda que me lleva a las Foces del Rio Pino, donde tomo las debidas precauciones para evitar una caída de última hora, para hacer la entrada en meta en el puesto 199 º, como siempre es Asturias muy cerca de los últimos, no se si por el barro, el clima o las dos cosas, pero el cuerpo no tira o no quiero que tire, finalizando con un tiempo de 7 h 54 m, en los que hubo momentos malos pero que afortunadamente no trajeron ninguna consecuencia que tuviera que lamentar. 


Entrando en meta algo desencajado


Reponiendo fuerzas 

La conclusión positiva es que si consigo mantener estos ritmos o incluso peores, podré acabar El Cainejo dentro del horario permitido, algo que todavía no tengo claro.

Y para finalizar como siempre os dejo un video de un supergrupo de los 70, reyes de la música sinfonica, con un tema muy melodico, Lucky Man, ellos son Emerson, Lake & Palmer  



EMERSON, LAKE & PALMER Lucky Man por acidrag



viernes, 24 de abril de 2015

Biosfera Trail 2015

Otra vez me vuelvo a poner un dorsal y ahora con las vistas puestas en el Cainejo, que dicho sea de paso, me tiene algo acojonao, porque veo que llego muy justo y estas carreras ya me las tomo como un entrenamiento de calidad para ese reto y cuyo único objetivo es finalizarla. Tocaba una prueba que en su tercera edición ha alcanzado unas cotas de popularidad y calidad, que muchas otras mucho más veteranas quisieran para sí. La Biosfera Trail se ha convertido en un referente provincial motivado por una excelente organización, que ha sabido potenciar sus puntos fuertes, como la cercanía a la capital, un pueblo entero volcado con el evento, el paso por zonas de una espectacular belleza, como el Faedo y además a conseguido minimizar o incluso revertir en su favor los puntos débiles, esto es una apreciación personal, como la gran dureza de la carrera que siempre motiva que haya numerosos abandonos y más este año debido al estado del terreno, el paso por zonas no tan bonitas. como la escombrera del cielo abierto, algo que a mí particularmente me gusta, pero que puede tener sus detractores. Por todo ello no puedo más que darle un sobresaliente a la organización y esperar que sigan por el camino que llevan hasta ahora, mejorando poco a poco y manteniendo este prueba en el calendario durante mucho tiempo.
El año pasado no pude disputarla por motivos de salud, así que comparándola con la primera, esta ha ganado en dureza, con esa subida a la Peña Colorada por senda y con un cresteo que invitaba a disfrutar de las vistas y el pequeño desvío para ascender el penúltimo pico por una estrecha y técnica canaleta, donde había que tener mucho cuidado con la humedad. Todo el resto del recorrido era practicamente el mismo, con la única salvedad de lo resbaladizo del terreno, por lo que había que extremar las precauciones, a pesar de todo, todavía fui unas tres veces a acariciar el suelo, sin consecuencias graves, salvo algún pequeño rasguño.
El día despertaba nublado y con ganas de lluvia, algo que afortunadamente no se produjo, apenas unas pequeñas gotas insignificantes, menos mal porque con lo que había caído en días anteriores ya teníamos bastante. Me vino a buscar Ruben y recogimos a Anabel, para llegar con margen para calentar, pero tuvimos que aparcar muy lejos y tardamos demasiado, por lo que al final llegamos con el tiempo justo para recoger los dorsales y volver al coche a cambiarnos,  además tenía que entregar unas camisetas del equipo, pero solo ví a Manu Caballero para darsela, con lo cual no hubo más remedio que llegar a la carrera para la salida y ese fue todo el calentamiento que pudimos hacer.


Saliendo con tranquilidad

Como el planteamiento de la carrera era hacer un entrenamiento con vistas al Cainejo, no me importó quedarme en la parte de atrás y salir tranquilamente, lo que me llevó a encontrarme con el primer tapón de la carrera, en las escaleras de acceso de la ladera que queda por encima del pueblo y que conduce a La Vid, sigo trotando ligero sin forzar demasiado, cada vez me cuesta más calentar y por eso no aprieto en absoluto, dejándome ir en la bajada hacia el túnel de la vía ferrea, incluso puedo adelantar a algunos corredores, hasta que comenzamos la senda que sube a la Peña Colorada y aquí me encuentro con Angel que también salió desde atrás, Anabel esta un poco rezagada y a Ruben ya ni lo veo, cuando empiezan a producirse pequeños tapones debido a la estrechez y sinuosidad de la vereda, menos mal que llegamos al cresteo y encaramos la primera cumbre del día donde dejamos de ir tan apretados para poder correr un poco, me dejo ir bajando hasta Santa Lucia y descubro que sangro abundantemente por un dedo, tengo una pequeña raja donde la uña, pero parece un oleoducto vomitando sangre, así que voy bajando chupando y escupiendo hasta llegar al avituallamiento, donde me vuelvo a encontrar con Angel, charlo un poco con él y salgo de nuevo, cuando me doy cuenta que se me ha olvidado pedir una tirita, con lo que sigo con el mismo procedimiento vampiril.


Ascensión a Peña Colorada 

Comienzo la subida al cueto San Mateo, sin prisa pero sin pausa, con un ritmo sostenido, el que espero que pueda llevar en Picos y me encuentro con Pablo Camino y Oliver que van charlando tranquilamente, me uno a ellos y conversamos durante un rato hasta que al llegar al paredón del cueto me encuentro con Javi Pascu y Jose Antonio Pozo animando sin parar, un saludo rápido y para arriba dirección a la cumbre para comenzar el descenso técnico con algo de brio, me suelto un poco y en un momento estoy en la canaleta que baja a la balsa, Miguel Angel del Cumbres y del Collalampa que esta de voluntario me avisa que esta resbaladizo y como no, segunda caída, la primera fue un pequeño resbalón en el canalón que baja del cuesto hacia la pista que lo bordea y que no tuvo consecuencias, esta la freno con el gluteo y parece que aguanta, aunque si que noto un pequeño dolor, pero esa zona es dura y parece que no me afecta al ritmo de marcha. Encaro la subida a la bocamina donde esta el Moja animando a todo trapo, como es habitual en él, me sumerjo en la oscuridad del túnel y salgo lanzado hacía el avituallamiento que este año no esta en las escuelas y hay un pequeño desvío del trayecto que yo conocía, y que me indican rapidamente al verme dudar. Repongo fuerzas y comienzo la subida que separa Santa Lucia del Faedo, atravesando un pequeño bosque que desemboca en una zona arida de escombros mineros, para sin pensarmelo iniciar el descenso por un sendero barroso donde me tengo que agarrar a las escobas para poder mantener el equilibrio, pero al poco tiempo me tengo que detener ya que me topo con varios corredores que se lo toman con más tranquilidad, hasta que salimos a la pista a través de un puente artesanal que nos lleva al avituallamiento del Faedo, 


Atravesando el puente artesano camino del Faedo

donde vuelvo a comer algo de fruta y me dirijo a la penúltima subida donde empiezo a notar que ya me cuesta mantener el ritmo de subida y el gemelo se empieza a quejar, por lo que relajo un poco y tomo una pastilla de sales para evitar esos calambres que me han atenazado en las dos carreras anteriores y como llevo varios meses donde si no es por una cosa es por otra, no consigo encadenar varios entrenamientos de calidad y cantidad seguidos lo que va minando la confianza en los últimos tramos de las carreras. Poco a poco consigo llegar a la cima y en la bajada voy volviendo a coger el ritmo otra vez para llegar de nuevo al avituallamiento del Faedo y encarar la última subida donde ya voy algo más suelto y consigo sobrepasar a algunos corredores para finalizar en meta con un tiempo de 4 h 54 m. que me deja bastante satisfecho ya que pensaba estar entre 5 h y 5 h 30 m.


A punto de entrar en meta

Ahora a esperar al Alto Aller el último test antes del Cainejo y a ver si vamos cogiendo confianza para mantener el ritmo en largas distancias sin estar pendiente de que pueda fallar la musculatura.
Solo me queda agradecer a todos los fotografos que se pasan las horas muertas a pie de pista para intentar dejar plasmado nuestro esfuerzo durante la carrera y que aprovechamos para hacer nuestro pequeño reportaje.
Y para finalizar os dejo un video con una música que siempre ha sido mi debilidad, el soul con su potente ritmo, a ver si consigo recuperar el mio, esta chica es Gladys Knight con The Pips interpretando un clásico, Friendship Train
Gladys Knight and The Pips - Friendship Train... por MarvD

miércoles, 25 de marzo de 2015

IV Carrera Puerta de Muniellos

No sé si es por el clima, las fechas, el poco entrenamiento o todo junto a la vez, pero cada vez que voy a Asturias, con una expectativas más o menos decentes, el fiasco es de órdago. Esta vez me fui a conocer la zona de las Fuentes del Narcea, concretamente a Moal, un pueblecito a las puertas del Parque Nacional de Muniellos y donde se celebraba como no podía ser de otra manera la IV Carrera Puertas de Muniellos, una prueba de 30 km que como el gps no funciona muy bien por esas zonas, in situ se marcaron 32 puntos kilometricos y unos pocos metros más hasta la meta, algo que pudo sorprender a los que no acudieron a la charla informativa.
Tengo que comentar que la organización de la prueba me recordó mucho a la de mi querida Villalfeide Polvoreda o el mismo Alto Sil, un pueblo volcado completamente en la carrera y en la atención de los corredores, en un entorno orográfico no muy propicio para estas aglomeraciones, desenvuelven perfectamente el tema del tráfico, duchas, vestuarios portátiles y carpa gigantesca para la comida, entrega de trofeos y sorteo de premios entre los participantes, en el cual me vi agraciado con una camiseta compresiva marca Land, un final con suerte para una carrera poco afortunada, asi mismo la señalización y los avituallamientos perfectos, con lo que la nota que se puede poner es muy alta, algo que los corredores, por lo menos yo, agradecemos y espero que la mayoría de las pruebas sigan estos ejemplos, por el bien de las carreras de montaña.
El sábado llegaba para instalarme en un apartamento en Oballo, un pueblo a dos km de Moal pero que queda en lo alto de la montaña y con unas calles de estas típicas de hormigón rayado y con desniveles del 25%, solo puedo decir que la carrera pasaba por delante de mi alojamiento y los corredores comentaban que era el tramo más duro de todo el recorrido. 
Recogí el dorsal, vi el final de la carrera de 9 km y me fue a la charla informativa para acabar de pasar la tarde, cena en el apartamento después de tomar unas cervezas en la tasca de la organización y pronta para la cama.
Se despierta el día con la clásica niebla meona, pero además un frío helador, que me hace permanecer en el coche sin calentar, para evitar mojarme y quedarme congelado, como me quedé en el trayecto desde el mismo coche hasta el arco de meta, menos más que el café que nos daba la organización allí mismo en la salida me hizo entrar en calor.  
Me encuentro con Manu y Ferni justo en el momento de la cuenta atras, el primero se va hacia las primeras posiciones y Ferni se queda conmigo un poco para atrás para comenzar con tranquilidad, en los últimos entrenos me he encontrado algo mejor y he conseguido subir una vez al Fontañan y dos al Cueto San Mateo, por lo que me encuentro con confianza a la espera de que el piramidal no me dé mucha guerra y confio en acabar sobre las cuatro horas, aunque el tiempo frio y lluvioso no es de mi agrado.  


En la primera subida después de Oballo, con fuerza

La parte nueva, el cresteo añadido este año


 Cruzando un pequeño rio

En un momento acaba la cuenta atrás y comenzamos a trotar pausadamente en una suave cuesta arriba, para volver rapidamente y atravesar todo el pueblo de Moal por su calle principal en un recorrido de dos km que sirve para estirar el pelotón antes de comenzar la dura subida a Oballo.
He comenzado conservador, no me encuentro atascado y el piramidal no me da guerra, así que consigo imprimir un ritmo que me coloca más o menos en el medio de la carrera, paso por delante de la casa rural donde me alojo con paso firme y me dirijo con buenas sensaciones hasta la primera linea de cumbres que se ve al fondo hacia el cielo, donde iniciamos un cresteo rodeados por la niebla y que es la parte nueva, incorporada este año a la carrera, unos cuatro km. más y que desemboca en el segundo avituallamiento pasado el km 10 y donde comenzamos el descenso hacia el valle, donde empiezan los contratiempos con una caida sin consecuencias a priori. Me levanto algo dolorido pero continuo, aunque me esta empezando a costar recuperar el ritmo que llevaba y aunque las piernas las tengo heladas, sobre todo porque llevo las mallas completamente mojadas, el chubasquero me empieza a molestar, ya que ha salido un tímido sol que caldea el ambiente y decido quitarmelo. Entro en la segunda subida de la jornada y las piernas empiezan a crujir suavemente pero todavia consigo mantener una buena marcha de ascenso hasta que toca una corta bajada para comenzar la dura ascensión final a la cima más dura de la prueba y aquí inconscientemente me lanzo a tumba abierta, hasta que unos brutales calambres en los dos abductores me paralizan completamente y tengo que detenerme a estirar, a duras penas consigo reanudar la marcha hasta enfrentarme con la pared que finaliza en la cumbre desde la cual el gaitero nos ameniza con sus estridentes notas, un verdadero suplicio hasta llegar a la cima, que parece que se aleja cada vez más, en consonancia con el esfuerzo que me cuesta poner un pie delante del otro, hasta que al final lo consigo y poco a poco y muy despacio comienzo a trotar soltando toda la musculatura agarrotada, y así van transcurriendo los últimos km con más pena que gloria, viendo pasar a corredores sin capacidad para seguirles a pesar que su candencia no es demasiado fuerte. Al llegar a Moal nos queda la última subida que rodea ligeramente el pueblo y que casi agradezco ya que no es demasiado fuerte y me deja recuperar y hasta troto algo para soltar, hasta que llego al descenso y aquí ya me tengo que dejar ir y volver a verme superado por más corredores que bajan a un trote exagerado para mis maltratados musculos.


El chubasquero empieza a estorbar


Ya empiezan los problemas musculares


Sigo con los problemas pero consigo soltar un poco


En la parte final de la carrera con visibles muestras de agarrotamiento

Al final consigo entrar en meta en 4 h 27 m en el puesto 268º de la general y el 12º de mi categoria muy lejos del podio, que en algún momento pensé que podía estar cerca, pero nada más alejado de la realidad, incluso estando en perfectas condiciones hubiera estado lejos de él, mucho nivel en esta categoría hay en Asturias.
En la entrega de trofeos conocí en persona a Alfonso Cano del facebook de Cumbres, muy contento por el carrerón que había hecho y que recogía el trofeo de Salva Calvo, al que no pude saludar, al igual que Marcelino Redondo, ya se habían ido los dos.
Y para finalizar vuelvo a la vieja costumbre de poner algo de música de mi epoca, hoy vamos a dejar un gran tema del Rock Medieval de Jethro Tull, Aqualung.  

Jethro Tull - Aqualung (Live) por meygisan


jueves, 5 de marzo de 2015

II Gran Premio de Isla - Ecoparque Trasmiera

Junto a Chuso habiamos decidido apuntarnos a esta prueba en Isla perteneciente al circuito Trail Series de Cantabria para conocer la zona y con la esperanza de comenzar la temporada con una carrera tranquila y sin demasiadas exigencias, dado que no he podido realizar los entrenos con toda la intensidad deseada debido a los problemas de piramidal que no me abandonan del todo.
Craso error en la elección como se ira viendo, aunque a la organización de la carrera no se le puede poner ningún pero, el recorrido con o sin barro no es de los que vayan bien a mi manera de correr, la señalización perfecta y cinco avituallamientos pueden ser hasta excesivos para 25 km, ya en el último ni paré, lo peor era no conocer a nadie y se hace extraño el no tener con quien comentar algo. El primer contratiempo fue la lesión de Chuso que no le permitía acudir y me dejaba solo frente a lo desconocido. El sabado salgo hacia Cantabria con tiempo y ya comemos Isabel y yo en Isla, me dedico a pasear un poco y acudo a la charla explicativa de la prueba, donde me voy enterando de lo que se me viene encima. David Arruza nos va explicando las caracteristicas de la carrera en la que va a predominar el barro en un porcentaje muy elevado de su recorrido, pero habla de más de 30 cm. de profundidad en algunas zonas y yo creo que exagera un poco, aunque las escasas posibilidades que tenía de disputar el podio de mi categoría se van haciendo más pequeñas en mi mente. Después de la charla un vino español y a cenar al hotel para descansar lo máximo posible, ya que el viaje me ha dejado algo doblado.
Madrugo para desayunar y agarro el dorsal pronto para empezar el calentamiento con tranquilidad, bajo en mallas pero el día aunque nublado es bastante caluroso y me pongo el pantalón corto, doy unas vueltas y cuando me quiero dar cuenta ya nos estan llamando para la salida. Cuenta atrás y salida vertiginosa por las calles de Isla, algo que me cuesta por el piramidal, hasta que entramos en las marismas de Joyel por el molino de Mareas de Santa Olaja en fila de a uno pero a ritmo de 4:30 que me van pasando factura ya que me sigue costando calentar. 


Paso por el Molino de Mareas de Santa Olaja

Atravesamos el pueblo de Soano para entrar en las laderas de la primera tachuela del recorrido la sierra del Molino de Viento y donde empieza mi calvario particular al darme de bruces con el camino cubierto por un barrizal increible, la realidad se presentaba en toda su crudeza y los 30 cm de la charla se quedaban cortos en algunos tramos. Esto hace que ralentice la marcha definitivamente para evitar sobrecargas en las lumbares, empezando a perder posiciones rapidamente. 


El barrizal que tuvimos que soportar en la sierra del Molino del Viento

En la bajada me suelto un poco y sobrepaso a algunos corredores hasta que en un terreno pindio resbalo y caigo por un tobogan de 5 metros de barro, reboto y sigo la marcha para comenzar la subida al punto más alto de la carrera el monte Cincho, aqui el barrizal se suaviza en algunos tramos con roca y la bajada al principio aunque esta marcada como peligrosa se hace rapidamente hasta llegar a la zona rocosa y con barro que hace volver a extremar precauciones, hasta desembocar en camino y zona asfaltada donde con la musculatura ya cargada no puedo coger el ritmo que me gustaría y asi entramos en el casco historico de Isla donde tenemos el avituallamiento solido.


 Descenso del Cincho con algo menos de barro


Hasta hay tramos en los que puedo correr

 Desde aquí enfilamos hacia el tramo más espectacular de toda la prueba, los acantilados del Cabo Quejo, en un continuado sube y baja, contemplando un paisaje impresionante que culmina con el kilometro de la muerte un poco antes de la llegada a meta y que queda plasmado por las fotos de los variados reporteros que cubren el recorrido y que buscan más el arte que la simple expresión fotografica. 


Acantilados de Quejo, sublime foto


Como se puede ver hasta señalizan el temido km para que sepas lo que te espera


Otro fotón, en la parte final del km de la Muerte


Visto desde arriba la parte final del km de la Muerte

Los gemelos me dan un toque y ralentizo un poco el ritmo para no sufrir un pinchazo, llevo ya un rato adelantando corredores que ya van algo tocados, ya que mi ritmo tampoco es para tirar cohetes, pero por lo menos puedo correr con un trote aceptable y después de una tremenda subida con la que finaliza el temido kilometro ya se puede divisar la meta el la playa de Isla donde entro con un tiempo de 3 h 11m y algo tocado muscularmente para no haber forzado a tope, como era de esperar los puestos de honor de mi categoria quedaron algo lejos, menos de lo que esperaba ya que finalice el 9º a poco mas de 20 minutos del 3º puesto. 


Entrando en meta con las huellas del barro por todo el cuerpo


La hora de recuperar

La recuperación muscular parece que esta siendo buena, aunque he pillado un catarro quizás por la bajada de defensas debida al esfuerzo realizado, espero estar recuperado para la próxima en Muniellos.     

lunes, 29 de septiembre de 2014

Xtreme Lagos 2014

Y por fin llega la última carrera programada para este año, la Xtreme Lagos en Cangas de Onis una maratón de montaña y a la que llego con pocas ganas física y psiquicamente, pero la posbilidad de inscribirme para la Transvulcania hace que por lo menos el objetivo sea acabarla para tener la acreditación que solicitan para la ultra de La Palma.
Llego el viernes con Isabel pronto y a última hora de la tarde aparecen los compañeros de León Corre, Chuso, Seve, Juanrra, Ivan, Ruben y Jairo con los que compartimos apartamento y cena. Recogemos la bolsa del corredor y el dorsal y con unos vinos y cerveza nos retiramos pronto para descansar que la jornada siguiente promete por lo menos un día espectacular.
Paso una buena noche dentro de la media con solamente dos visitas al baño y el siento el cuerpo bastante descansado. No desayuno demasiado, plátano, barrita y frutos secos para no cargar el estomago y nos plantamos en el autobús de las 7:30 que sale a las 8.45 como no puede ser menos.
Calentamos un poco mientras charlamos sobre diferentes aspectos de lo que nos espera, les comento a los compañeros las peculiaridades del itinerario hasta Covandonga que hice el sábado anterior y casi sin tiempo para pensarlo nos encontramos en la cuenta atrás para la salida de la carrera.


El grupo de León Corre muy enteros todavía en la salida

Salimos en la parte trasera del pelotón con mucha tranquilidad y en la búsqueda de posición para entrar en el camino me adelanto unos metros sobre el grupo de León Corre y en la subida a la Cruz de Priena veo como poco a poco se van quedando debido a los tapones que se producen cuando alguien baja el ritmo y se despega de su antecesor, el ancho del sendero hace que los adelantamientos cuesten un gran esfuerzo suplementario y todavía queda mucha carrera para ir dilapidando fuerzas. Yo estoy en un grupo que mantiene el ritmo sin perder comba y que me va muy bien hasta llegar justo debajo de la Cruz donde un paso técnico provoca un ligero tapón que nos hace perder algo de tiempo. En la bajada comienzo a pasar a corredores sin forzar demasiado, paso el cresteo cómodo y casi sin pensarlo me encuentro llegando al avituallamiento de la Huesera, donde recupero un poco bebo y sigo en dirección a la Vega de Comeya. donde me alcanza Chuso, y donde me doy cuenta de que no bajamos al valle directos como en el entrenamiento, sino que bordeamos por la parte izquierda siguiendo un estrecho sendero, ligeramente corrible pero con cuidado como casi todo el recorrido, hasta que enfilamos la bajada hacia la senda que sube al Escaleru y donde Chuso empieza a apretar, yo prefiero mantener mi ritmo a ver como llego a la parte final. Preciosa subida por el túnel del Escaleru para entrar en los Lagos por la bocamina de La Buferrera y bordear el lago Enol en el marco incomparable de una naturaleza salvaje y bucólica a la vez con


En los Lagos


Bocamina de La Buferrera

los Picos observándonos en el horizonte y la tranquilidad de las vegas rotas por el inmenso gentio que se agolpa para disfrutar de ella y animarnos efusivamente a nuestro paso. Llegamos al avituallamiento donde repongo fuerzas para comenzar el ascenso a la Porra de Enol el punto más alto de la carrera y pensando erroneamente que lo más duro ya había pasado. Rapidamente coronamos el zenit de la prueba, sigo con un ritmo ligero sin forzar más de la cuenta y encaro el descenso hacia el avituallamiento de Fana adelantando a algunos corredores y continuo en un suspiro casi sin detenerme a reponer fuerzas, con el pensamiento puesto en la bajada hacia la basílica de Covadonga, me encuentro bien y sigo cazando a diversos corredores y hasta me atrevo a acelerar un poco el ritmo de bajada aunque la senda no deja correr a gusto, en un momento me encuentro en Orandi y en el último tramo de descenso, bastante técnico me lanzo a fuego, hasta que un grupito me hace bajar el ritmo y ya me dejo llevar hasta el avituallamiento de Covadonga, donde entro en un poco más de 4 horas. Ya empiezo ha hacer conjeturas pensando que puedo acabar en menos de 7 horas, me quedan 18 km y tengo un margen de 3 horas para hacerlos, un recorrido que presupongo más fácil del que he cubierto hasta el momento.


Atravesando Covadonga

Como y bebo algo y continuo atravesando el terreno que circunda la basílica de Covadonga y donde tengo que preguntar un par de veces por donde se va, ya que las marcas no están muy claras y el trasiego de gente no ayuda demasiado, al final consigo salir de la aglomeración y comienzo a subir por pista y posteriormente por senda y aquí el tiempo parece que se empieza a alargar inopinadamente y sin ninguna justificación. Después de una eternidad, donde ya casi no me queda liquido, llego a un avituallamiento donde se indica que estamos en el km. 29. Dios mio!!! casi no me lo puedo creer, llevo casi una hora para recorrer 4 km y para más inri solamente nos dan un vaso de agua ya que la tienen escasa y no llega para todos los corredores que faltan, afortunadamente tiene isotónico de sobra y me llenan el recipiente para ir tirando en caso de necesidad y ya nos advierten que en dos km. tenemos otro avituallamiento más completo. Prosigo la marcha con más tranquilidad y me fijo en un corredor con bastones y barba que puede ser de mi categoría que me sobrepasa e intento seguir su ritmo pero me es imposible y poco a poco veo como se aleja, hasta que llegamos a una ligera bajada donde consigo bajar a trote hasta llegar a una fuente, donde me llevo una sorpresa al ver a Suso que comienza a caminar después de haber bebido, decido detenerme yo también para hidratarme y observo al corredor de barbas y bastones al que he conseguido alcanzar en la bajada. Salgo un poco antes que él y me encamino trotando hasta el avituallamiento del km. 31 donde cargo los dos bidones que llevo. Vuelvo a continuar la marcha encarando otra subida que se va endureciendo poco a poco y el corredor de barbas y bastones me vuelve a pasar con su ritmo aparentemente tranquilo pero que sigue siendo imposible de seguir para mí. Mientras voy siguiendo la estela del barbas intentando no perderle de vista, me encuentro a Suso apoyado a la sombra de un árbol y me comenta que está fundido, intento animarle diciendole que esperaba que me sirviera de liebre para seguir al barbas y parece que le sirve de revulsivo por que le veo unos metros detrás de mí, pero la subida se está haciendo cada vez más fuerte y no le veo buena cara, por lo que decido no esperarle para no forzarle demasiado y acabar con todas sus fuerzas, además sé que si se recupera minimamente en la bajada me pillará. De repente aparecen ante mi vista las famosas antenas de las que he oido hablar como el fin de todas las dificultades, y las tengo ahí mismo al alcance de las manos y de nuevo pienso que puedo acabar en torno a las 7 horas, aunque todavía hay algo que no me cuadra nos deben faltar 10 km y a las antenas habrá un poco más de uno, pero en un momento se me aclara todo de golpe, cuando damos un giro a la izquierda y nos vamos alejando paulatinamente de las dichosas antenas, hasta llegar a una collada donde volvemos a descender por senda ligeramente técnica hasta llegar a una pista donde consigo mantener un ritmo decente y donde alcanzo y sobrepaso esta vez definitivamente al barbas, que sigue con su paso tranquilo pero seguro. Ya estoy al pie de las antenas pero la subida se empieza a hacer exageradamente penosa, veo la figura al contraluz de un voluntario al final de una pared herbosa que parece que se aleja cada vez más, aunque después de una enorme eternidad consigo llegar a su altura, las fuerzas me están abandonando por momentos, pero todos los corredores de las cercanías deben estar muy parecidos a mí, ya que nadie me adelanta y yo continuo sobrepasando a alguno de vez en cuando. Comienzo la última bajada con algún amago de calambre por lo que bajo algo el ritmo ya de por sí muy pobre, hasta que llego al tramo protegido con cuerda que casi ni la veo hasta que un voluntario insiste en que me agarre a ella y me indica donde debo pisar para bajar con seguridad, realmente ya estaba pensando en pegar un salto que podía haber acabado con toda mi musculatura de golpe. A duras penas sigo bajando como alma en pena, y transitamos por una senda bastante técnica y con el cansancio acumulado apenas te deja trotar y de hecho todavía alcanzo algún corredor que baja andando con síntomas de estar acalambrado. Desembarco en una pista y cuando creo que voy a entrar en Cangas todavía aparece una senda que atraviesa un bosque, que me baja la moral a tope, hasta que de repente veo unas casas que reconozco como la parte alta del pueblo y por fin ya se que me queda menos de un km para la meta, cosa que me confirma un voluntario apostado a la salida del bosque. Realmente ya solo me quedan fuerzas para dejarme caer por la calle abajo hasta llegar a la esquina, donde apenas vislumbro a Isabel que me esta animando desaforadamente mientras intenta hacerme una difícil foto, para acabar encarando los últimos cien metros a meta, que cruzo con una inmensa alegría y alivio por igual, después de 7 h y 43 m de sufrimiento, sobre todo en la parte final, algo que normalmente no me 


Entrando en meta

ocurre y que es algo que oscurece las buenas sensaciones que la carrera me ha dejado en general. Bueno realmente no hay nada que unas buenas cervezas no puedan arreglar y ahora a pensar en el descanso, reponerse de estos esfuerzos continuados durante dos meses y esperar que todo vaya bien y pueda decidirme para ir a esa Transvulcania que aparece el horizonte del próximo año.     
Y para finalizar como siempre os dejo un video de un conjunto de Funki un estilo que quizas no sea muy popular en España pero que a mi me encanta, ellos son unos monstruos de esto, Sly & The Family Stone, sobre todo por su look que este video no es demasiado estrambotico, el tema "Thank You" no es de los mejores pero se puede apreciar bien su estilo

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Transvaldeonica 2014

De nuevo vuelvo a competir, esta vez me toca ir a Posada de Valdeon para participar en la 2ª Edicion de La Transvaldeonica, organizada por el incombustible Salva Calvo y Julio dueño del albergue La Ardilla Real y que seguramente han conseguido hacer una de las pruebas cortas más bonitas y duras de todo el calendario nacional, aunque conociendo al diseñador no es de extrañar.
Nos desplazamos el viernes junto con Isabel que es la encargada de sacar los fotos de meta y Anabel compañera de León Corre, para pasar el fin de semana en Casa Ezkurra donde nos juntamos con Vero  y Lluis que venían de Gijon. Aquí tengo que resaltar el exquisito trato proporcionado por Jose Antonio y señora durante toda nuestra estancia y destacar el esplendido desayuno con el que nos obsequiaron.
Cenamos allí mismo una ensalada de pasta que llevábamos, pero una empanada de cecina y queso de cabra que traían Lluis y Vero me hizo cometer el primer error nutiricional, y que fue comerme un trozo demasiado grande para mi estomago y que al día siguiente me pasaría factura. La noche transcurrió de una manera más o menos normal con tres o cuatro visitas al servicio que es el peaje que tengo que pagar por mi próstata maltrecha, pero puedo decir que me levanté bastante descansado y con ánimo para afrontar la carrera donde defendía el tercer puesto de mi categoría del año anterior y eso acrecentaba el ansia competitiva que llevo dentro. Desayuno ligero pero el estomago ya me pesa demasiado de la cena del día anterior. Vamos a la charla explicativa y en un momento tras charlar con unos cuantos conocidos y amigos, nos quedan quince minutos escasos para calentar y salir. Hago unos trotes progresivos y me coloco en la linea de salida hacia la mitad del pelotón, al lado de Chuso, Jairo, Salva e Ivan de León Corre y sin darme tiempo a pensarlo me encuentro corriendo precipitadamente entre la marea de corredores.
Como siempre me cuesta coger el ritmo pero como dentro de poco empieza una cuesta lo mantengo para evitar un posible tapón, llegamos rapidamente a la subida y comienzo a caminar y recuperar, la marcha es buena y aunque puedo forzar un poco más al allanarse la senda prefiero mantenerme en el grupo hasta llegar a la bajada técnica que nos lleva hasta el camino del Bustio y donde aprovecho para pasar a unos cuantos corredores con vistas a la subida de La Rienda.
Atravesamos Cordiñanes para afrontar la temida senda de La Rienda y donde es imposible adelantar salvo que se aparte el corredor voluntariamente, al tener un impresionante precipicio a tu izquierda y una monstruosa pared por tu derecha y aquí comienza el calvario de la subida a Collado Jermoso, primero atravesamos el bosque de La Sotin para subir a su pradería por una senda pedregosa donde cualquier esfuerzo extra lo vas a pagar caro, y aunque me había prometido a mí mismo no hacer ninguno, el ansia viva de la competición, no me dejo cumplirlo. Aun así entro en la canal Honda con un buen ritmo, sin adelantar pero sin que me adelanten, pero al llegar a las traviesas de Congosto la espalda me da un pequeño toque de atención y prefiero bajar un poco el ritmo, cosa que aprovecha Chuso para pasarme como una exhalación y durante un tiempo mantengo las distancias, también veo a Cesar que venía con él y se queda conmigo, algo que me extraña porque debería estar bastante por delante, pero parece que ha pasado una mala noche y eso pasa factura.  
Después de una ligera bajada donde perdemos de vista a Chuso, afrontamos la pared del Argayo Congosto, donde las piernas empiezan a pesar y no ves la hora de llegar al refugio de Collado Jermoso para avituallar y darte un ligero respiro.


Marcando ritmo en la subida a Pantivalles

Al final todo llega y alcanzamos ese merecido descanso en 2 h 24 m que aprovechamos para hidratarnos, comer y relajar, Cesar continua a mi lado y continuamos la marcha para afrontar Las Colladinas con tranquilidad, parece que voy recuperando las sensaciones y en las bajadas me despego de Cesar y en las subidas me vuelve a coger, así hasta las inmediaciones del sedo de La Padiorna donde me adelanta una chica asturiana, pero bajando el sedo la vuelvo a pasar y entro en Liordes con un buen ritmo hasta llegar a la subida del Alto de la Canal, donde inopinadamente tropiezo y me doy de bruces contra el suelo, en un principio temo por mi hombro, pero afortunadamente ha salido ileso, pero una piedra maldita ha impactado contra mi muslo, provocandome el clásico bocadillo en el cuadriceps, algo que por experiencia sabía que iba a impedirme hacer el tramo de bajada hasta Santa Marina como yo quería. Me masajeo un poco y reanudo la marcha tranquilamente, de nuevo vuelve a pasarme la chica asturiana que me saluda con un hasta la próxima bajada, pero para mis adentros pienso que esta vez va a ser más dificil. En un momento aparece Cesar y le digo que pase que voy a ir tranquilo hasta la canal de Pedabejo, mientras veo como se alejan sigo con mi ritmo recuperador hasta llegar al Alto de La Canal y comienzo la bajada con mucha precaución y aguantando el dolor que sigue siendo aceptable, hasta llegar a Remoña donde me encuentro a Jose Manuel dandome ánimos y continuo hasta la senda del Mercadillo donde voy cogiendo ritmo a pesar del dolor y alcanzo de nuevo a la chica asturiana, que me vuelve a saludar con un hasta la próxima subida, pero el dolor sigue en aumento y debo bajar otra vez el ritmo hasta llegar al avituallamiento de Santa Marina donde me alcanza de nuevo la chica asturiana que sale antes que yo y a la que ya no volveré a ver el pelo. 


Llegando al refugio de Collado Jermoso con ganar de comer, beber y descansar 

Me hidrato cargo agua y salgo tranquilamente para mitigar el dolor del cuadriceps y comienzo la subida con el mejor ritmo que puedo, como se que por delante ya no voy a coger a nadie salvo que esté lesionado, voy mirando de reojo para atrás a ver si viene alguien que pueda ser de mi categoría, pero salvo un par de corredores jovenes que me pasan a toda pastilla, nadie me aprieta y relajo la marcha todavía más para poder realizar un último esfuerzo si fuera necesario, en ese momento sale todo mi instinto competitivo de supervivencia, alcanzo a un corredor con problemas musculares que va andando y estirando, le saludo y continuo mi marcha, momento en el que me aparece un amago de calambre, me relajo todavía más hasta comenzar la bajada donde intento trotar suavemente y lo consigo, el relax que he tenido parece que me ha venido bien y hasta diviso un par de corredores por delante de mí, que me ayudan a esforzarme para intentar alcanzarlos, ellos van alternando correr y andar por lo que en el momento de coger el desvio de la pista que baja a Prada los alcanzo y mientras les sobrepaso les comento que hagan el último esfuerzo que ya hemos llegado, les dejo atrás con un trote ligero cuando sin darme apenas cuenta me encuentro en una senda estrecha que no debería estar ahí, me detengo instintivamente pero rapidamente diviso las cintas naranjas que marcan la carrera y continuo con un ligero mosqueo que se acentúa cuando entro en un camino ancho que pica completamente para arriba, pero sigue habiendo marcas y en lo alto del camino diviso la silueta de un voluntario que me tranquiliza. Con más pena que gloria llego hasta él y ya me indica que solo queda un kilometro cuesta abajo, le doy las gracias por la información y me lanzo como buenamente puedo por la senda para abajo hasta llegar a una pista donde esta Menchu sacando fotos y animandome con todas sus ganas, ya diviso la carretera de entrada a Posada y parece que saco fuerzas de flaqueza para encarar los últimos metros con renovada energia, para entrar en meta donde esta esperandome Isabel para sacarme la foto de llegada en medio de la calzada, tengo tantas ganas de acabar que casi me estrello contra ella, pero al final entro en 4 h 54 m..


En la pista llegando a Posada y recibiendo los ánimos de Menchu

Me dirijo hacia la piscina donde ya veo a Chuso y a Moja que han hecho un carrerón, en dos minutos aparece Anabel que se ha salido y si llega a durar un poco más la carrera me pilla, comentamos que seguro que esta en el podio y estoy mirando a ver si veo a alguno de mis rivales, pero no veo a nadie, cabe la posibilidad que hace mucho que hayan llegado y ya no esten por la zona, con lo que me meto en la piscina y una vez que relajo la musculatura y como no estan puestas las clasificaciones de mi categoria me voy a dar una ducha a la casa rural. 


Entrando en meta con un corredor pisandome los talones

Al volver ya esta puesta la clasificación e inesperadamente aparezco el primero, casi no me lo puedo creer y veo que los dos favoritos no aparecen, o se han retirado o no han venido. Aun así este primer puesto me llena de ilusión y cubre completamente el afán competitivo que siempre he tenido, a pesar que ahora mismo no esté en las mejores condiciones para ello.


Entega de premios con madreña incluida

Entrega de premios con madreña gigante y masaje incluido y recibiendo infinidad de felicitaciones de todo el mundo, algo que siempre se agradece, cena ligera y para la cama que al día siguiente volvemos para León. 
La próxima Lagos Xtreme, aunque aquí el objetivo es acabarla y hacerla con tranquilidad siguiendo las sensaciones que tenga ese día, que tampoco puedo hacer muchos planes, todo sobre la marcha, lo importante es acabar bien y seguir mientras se pueda. 


La mejor y más querida felicitación de toda la jornada

Y para no perder la costumbre os dejo un video de uno de los grandes viejos rokeros que nunca mueren, como yo, este es Johnny Winter con el clasico Johnny B. Goode.